ZZ…Artes Marciales y Artes NO Convencionales = Arte Total…ZZ

lunes, 27 de agosto de 2007

Arte como Arma


Arte como Arma

I
El día en que el televisor se descompuso, el pánico se apoderó de hados nosotros…
¿Qué hacer esta noche después de la cena? Aterrados nos miramos los unos a los otros sin saber qué hacer.
Entonces llegó una buena idea. Resolvimos el problema poniendo a lavar ropa en la lavadora automática y nos sentamos todos delante de la ventanilla, la cual daba vueltas y vueltas con la espuma.
Y fue igual de divertido (o de aburrido).
CON EL ARTE PASA OTRO TANTO.

II
En verdad El Arte Por el Arte, así como las posturas de grandeza de los artistas, me dan ganas de vomitar.
Esto de repetirse o de encasillarse en una idea para mantener un estilo, es la posición más egoísta y fastidiosa que pueda existir.
Y les aseguro que si para algo no ha sido ideado el arte es para fastidiarnos.
Entonces, me preguntaría mi hijo de ocho años:
- Papá ¿Por qué se empeñan tantos artistas en hacer lo mismo año tras año. Siglo tras siglo, con una cuadrícula geométrica llevada al infinito, o esas manchitas, o esas gorditas, si el arte es la vida en sí y lo importante es comunicar una idea con él?
Lo importante entonces es el Concepto.
Pero para poder magnificarlo se necesita encontrar el medio indicado para que esto sea una realidad.
El problema se da cuando nos empeñamos como productores de estas brillantes ideas, en llevarlas a cabo utilizando un medio inapropiado.
Una idea estupenda para un vídeo se ve desperdiciada al pretender convertirla en un florero de cristal murano.
Hay un medio apropiado para cada idea.
Está en la inteligencia del artista el descubrirlo.
Al hacerlo se conjugan las dos partes en una y ¡Bingo!, allí está la obra maestra.

III
No sé si es culpa de los críticos, de los galeristas o de los artistas mismos, el querer estar con la última tendencia de moda.
Hemos vivido en los últimos años un desfile de “ISMOS”. Han hecho aparición en el acontecer artístico: el transvanguardismo, el No- objetualismo, el Posmodernismo, el Neo-expresionismo, el Neo-Geometrismo y el Desconstructivismo. Entre otros.
Son como una serie de inventos a los cuales los artistas tiene que seguir o copiar para estar en algo, para estar en la cresta de la ola.
Estas modas y etiquetas no tienen nada que ver con el trabajo de indagación de cada artista en particular, nada que ver con la realidad propia de cada militante cultural.
La moda es un arte pero el arte no es moda.
Con el Neo-Conceptualismo (corriente de la moda actual) hay muchos dispuestos a dar el salto sin ninguna ética.
Hoy eres figurativo, mañana abstraccionista y pasado conceptualista. El problema que yo veo aquí es con los más jóvenes, a quienes por falta de experiencia se les manipula. Y el peligro que se corre con todas estas modas es de talentos que se pierden en la confusión.
Esto es una gran trampa y una trampa mortal.

IV
Con lo que definitivamente sí estoy de acuerdo es con la diversificación de los medios que deben un artista actual emplear para realizar sus ideas.
Hay que conocer y utilizar materiales nuevos, nuevos en cuanto a su eficiente aparición en los mercados o nuevos porque sencillamente nunca los habíamos incorporado antes a nuestro trabajo.
Hay que aprender otras técnicas que nos ayuden a ampliar nuestro universo artístico, que nos sirvan de puertas para alcanzar nuevos derroteros y también como un respiro de oxígeno para nuestro trabajo.
Hay que visitar ferreterías, farmacias, aserraderos, depósitos, mercados populares, supermercados y bodegas en donde los objetos y productos no creados ortodoxamente para las “Bellas artes” nos hablen y nos enamoren para ser utilizados.
Hay definitivamente que trabajar en arte siempre, escuchando música para lograr una verdadera apertura mental, quizás, Boleros, Rock and Roll, New Age, Heavy Metal, música Clásica, Salsa, Merengue, así como música de otras culturas, etnias y pueblos del mundo.
Hay que ir al cine ver las películas o en casa ver videos (No hay excusas).
Hay que acercarse a la naturaleza y sobre todo al hombre autóctono que la puebla, a sus culturas mágicas y ancestrales.
Hay que atreverse, dándole la espalda a críticos, galeristas, amigos, curadores, etc; atreverse a producir cambios no comerciales en la obra que realizamos para enriquecer nuestro propio discurso. Cambios, de ser posible, drásticos.
Atreverse a dibujar con lápiz labial sobre un piso de granito,
A escribir una poesía con sopa de letras,
A realizar una escultura con espuma de afeitar.
Hay que ser osados, y sobre todo hay que trabajar duro (y esto no es un secreto).
Hay que hacer arte todos los días, tal como comemos o dormimos, como una necesidad.
Más aún,
Hay que hacer arte como hacemos el amor, con pasión, como una necesidad total, para ser artistas integrales, día a día, y no sólo como artistas de domingo después de misa.
Creo en el arte joven, fresco y aquí no hablo de la edad de los individuos que lo realizan, pues tengo muchísimo respeto pro los Maestros, los Consagrados, pero sólo por ésos, quienes pese a su edad siguen frescos como “Lechugas” haciendo arte joven.

V
Soy de Venezuela, un país muy particular.
Habitante y ciudadano residenciado en Caracas, ciudad Metropolitana, Capital de la República y sucursal del cielo, contaminada, congestionada, llena de autopistas, de automóviles y motocicletas, edificios, parabólicas y más edificios. Una ciudad como tantas otras también con su terrible cinturón de miseria.
Muchas veces me he sentido como parte de un sándwich, unos son pan y yo soy queso… sintiendo cómo ellos me sofocan.
Pero mi patria me brinda también otras posibilidades geográficas aparte de la metrópolis: lagos y ríos descomunales, montañas nevadas, desiertos, llanos, mar caribe y selva amazónica, todo en uno.
Y veo que un poco “eso” es el mundo.
Cambios geográficos y cambios políticos… y mucha gente victima de una muy mala distribución de las ganancias.
Nací en Valencia… soy de la provincia.
Mi padre tenía entonces una tienda por departamento llamada “Casa Luz”.
Para mí era una fascinación estar dentro del depósito de la tienda, jugando con los maniquíes, los frasquitos de perfume, las cajas de zapatos… Era mi diversión favorita estar ahí y siempre me dejaban. El fetichismo de mi obra lógicamente viene de ahí, de ese amor por los objetos.
Mi infancia fue feliz, rodeado de cromos populares, de las plastilina, de música, de suplementos (El Charrito de Oro, Memín Pinguin, Superman, Mickey Mouse), mis perros, conejos, tortuga, mi querido lobo “Lorenzo” y la radio… Porque siempre la radio estaba encendida en mi casa. Lo máximo eran los domingos, la mantinée, el mar y el programa infantil: “Cri-Cri”, el grillito cantor. Aún recuerdo al ratón vaquero y a la marcha de las letras. Al cumplir los ocho años, dos regalos me trajo la vida: la democracia para mi patria y la llegada de la televisión en blanco y negro a mi casa.
Tin Tan, Drácula y la lucha libre llegaron a mi mundo. El Santo y el Hurácan Ramírez se convirtieron en mis héroes y me acompañaron por años.
Luego cambiamos de casa por una más pequeña y mejor ubicada. Esta casa estaba justo enfrente de la plaza de Toros “Arenas de Valencia”, la cual sería entonces el lugar obligado para ver todas las semanas corridas de toros, rodeo, boxeo, predicadores, circo y lucha libre, en vivo.
Al salir de la Escuela me iba directo al “Templo”, todas las tardes, a ver el encierro de toros, o a los animales del circo, o a hablar con los luchadores locales. La Ciudad fue creciendo y cambiando, y lógicamente yo en ella. Desapareció el mercado popular y llegaron los supermercados, tumbaron “Arenas de Valencia” y surgieron los edificios, se acabó la “Casa Lux” y mi padre se dedicó a otros oficios.
Los Teen Tops, el Traga Sables, Godzila, Drácula, Tin Tan, Frankestein, Mickey Mouse, Cri – Cri, Astroboy, los Fakires, Manolete, las Zarzuelas, César Girón, Huracán Ramírez y los Panchos, le abrieron el espacio al desarrollo de un nuevo mundo en mi mente.
Fue la motocicleta BSA 500 cc, mi pelo largo, los jeans desteñidos, el Karate, la Revolución, Frank Zappa, Jimy Hendrix, Bruce Lee y los Rolling Stones, los que me sirvieron de puente para lo que soy hoy en día.
A los 18 años decido ser “artista” para continuar produciendo arte todos los días, no traicionando al niño que vivía y vive en mí… y contribuir con mi trabajo a que no desaparezca de la memoria de nuestros pueblos ese mundo de “Héroes y villanos” y así hasta que la muerte nos separe.

VI
El Taller, claro está, es un Templo, es sagrado, nos aísla del mundo y cuando uno está en él, produciendo, como en un trance, da lo mismo si está en Venezuela, México, New York, París o Filipinas.
Eso es la misma vaina.
Somos nosotros los productores de una nueva obra y de un nuevo mundo en la búsqueda de esa nueva sociedad utópica con la cual soñamos, somos quienes llevamos el Germen de ese “algo” que puede servir para producir cambios.
Porque querámoslo o no, el hacer arte es un acto político, el arte en sí es un compromiso y una gran responsabilidad.
Porque ese mismo ser humano que se enfrenta a una tela en blanco, en cuestión de horas tendrá que enfrentarse a una congestión de tránsito, al supermercado, a la policía, al banco, al teléfono, al cual como cualquier otro ciudadano… tenga o no tenga nuestra misma cultura.

VII

No puedo percibir entonces al arte como una evasión, hobby o entretenimiento: el Arte como droga.
Prefiero ver el Arte como un arma pero un arma en mejoramiento de la calidad de vida; no estoy hablando aquí del arte panfletario o del realismo socialista. Sino del arte con compromiso, con conciencia, porque el arte es el artista, su sensibilidad y su espíritu de lucha.

En el Arte no hay medias tintas: o eres frío o eres caliente.
El Arte tibio es para los cobardes.
Aunque de verdad los cobardes no pueden hacer arte.

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